Mi pregunta se relaciona con Mateo 12:31-32 y es mas de una naturaleza personal. Me gustaria entenderlo mas ya que ese pasaje siempre ha ocasionado muchos ataques del enemigo. Yo me eduque en un trasfondo catolico y siempre he creido en Dios y en Jesus y siempre he confiado en El para mis necesidades, pero un dia luego de leer este pasaje me detuve a pensar que es lo que significa la blasfemia al Espiritu Santo y a mi mente vino toda clase pensamientos terribles en contra del Espiritu Santo. Yo crei que estaba cometiendo ese pecado y no he podido superar el hecho de que no haya sido perdonado en esta vida o en la proxima.
Yo se que en ese entonces (hace 20 anos) yo no entendia el sentido completo del pasaje. Todavia me produce algo de incomodidad cuando lo leo a pesar de que yo confio en el Senor para mi salvacion. He tenido mucha dificultad en perdonarme a mi mismo por permitir que esa clase de pensamientos me dominen. ?Me podria explicar ese pasaje para que pueda salir de ese temor una vez por todas, y es comun para personas creyentes pensar que de alguna manera han cometido ese pecado? Se me explico que una persona que de alguna manera ha cometido ese pecado no esta consciente del mismo o no le importa. Su perspectiva y sabiduria seran grandemente agradecidas.
En Mateo 12, Jesus acababa de sanar a un hombre ciego y mudo poseido por un demonio. Cuando los fariseos dijeron que El habia hecho eso por el poder de Satanas, Jesus los condeno por blasfemar al Espiritu Santo, el verdadero Autor del milagro.
La blasfemia consiste en darle la gloria debida a Dios a alguien o a algo mas, ya sea al darle a otra fuente el credito por Su obra o afirmando ser El, como esos mismos judios mas tarde acusaron a Jesus de hacerlo. El castigo para la blasfemia era la muerte, y eso los llevo a pedir Su ejecucion.
El argumento que Jesus uso en Mateo 12:25-26 para demoler las afirmaciones de los fariseos, tambien se aplica a nosotros a la inversa. Asi como Jesus mostro que era absurdo acusarlo a El al usar el poder del diablo para expulsar al diablo, tambien es absurdo pensar que una persona creyente pueda cometer una blasfemia en contra del Espiritu Santo que habita en ella. Ambos casos indican que hay fuerzas espirituales obrando con propositos cruzados.
El enemigo siembra toda clase de pensamientos malvados en las mentes de personas creyentes. No es sino hasta que aceptamos esos pensamientos y les permitimos que nos influencien, que los mismos se convierten en pecado. Por ejemplo, el enemigo puede provocarme en contra de un hermano o hermana en Cristo al sembrar un pensamiento en mi mente que esa persona me ha traicionado o de alguna manera ha tratado de perjudicarme. Pero yo no estaria pecando a menos que permita que ese pensamiento influya en mi al enojarme o ponerme celoso.
Un dia, el enemigo impulso a algunos hombres a provocar un espiritu contencioso entre Jesus y Juan el Bautista al senalar que los discipulos del Senor bautizaban mas personas de las que Juan y sus discipulos bautizaban, a pesar de que Juan habia iniciado la idea. Pero Juan rehuso tomar el anzuelo y solamente sintio gozo sobre la popularidad del Senor (Juan 3:22-30). Al responder, Juan tuvo que considerar el insulto humano en su mente, pero al rehusar acogerlo el evito cometer los pecados de envidia, celos y furia.
Eso parece ser lo que usted penso que como es que alguna persona puede blasfemar al Espiritu Santo, y el enemigo le mostro un numero de maneras de como hacerlo. Pero puesto que usted rehuso «caer en la trampa», no cometio ningun pecado.
Por las razones expresadas anteriormente, yo no creo que sea posible que una persona creyente pueda blasfemar en contra del Espiritu Santo. Despues de 20 anos, ya es demasiado tiempo para no perdonarse a usted mismo. El temor y la culpa que usted siente son herramientas que el enemigo esta usando en contra suya para robarle su gozo en el Senor. El enemigo solamente las usara mientras funcionen en usted. La proxima vez que eso se presente, reprendalo y recuerda Santiago 4:7 «Por lo tanto, sometanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y el huira de ustedes.»