Martes, 30 de octubre de 2018
P: Usted ha escrito que no cree que la Biblia respalda el castigo corporal. ¿Qué forma de disciplina cree usted que la Biblia respalda y qué medios de castigo son aceptables? Y si usted y, como usted afirma, la Biblia, no respalda el castigo corporal, entonces, ¿qué se hace con un niño que rechaza una pausa? Si usted le dice a un niño que se siente en una silla o vaya a su habitación, y él te responde que caigas muerto, ¿cuál es la respuesta? Además, ¿no sería seguro decir que Jesús mismo usó el castigo corporal cuando limpió el Templo?
R: Si su relación con sus hijos se centra en el dominio y el control como muchos de los métodos populares de crianza de niños “cristianos” dicen, entonces usted debe aceptar la posibilidad de que tarde o temprano se rebelen. Cuanto más inteligentes y animados sean, pronto se darán cuenta de que las reglas que usted les impone son arbitrarias y de que sus castigos son inventados, y lo enfrentarán.
El remedio no es idear una forma de castigo “aceptable”. El remedio es cambiar la naturaleza de la relación a una donde tales ardides ya no son necesarios. Algunos niños se conforman con la atención negativa de sus padres porque no pueden obtener ningún otro tipo de atención, otros se rebelan porque las reglas a las que están sujetos son un insulto a su inteligencia. Pero no hay niños que vengan al mundo decididos a hacer la vida miserable para ellos y sus padres. Aprenden a volverse rebeldes por su experiencia con nosotros.
Por cierto, usar a Jesús en el Templo es una comparación muy inapropiada. Dejando a un lado el hecho de que Él es Dios y nosotros no, estaba lidiando con ladrones, salteadores y falsos maestros que conducían a Su pueblo al infierno. También eran adultos que actuaban por motivos malvados. No hay evidencia en las Escrituras que Él haya tratado a los niños de esa manera. Tampoco abogó para que nosotros lo hiciéramos.