Miércoles 9 de marzo de 2022
P: En Juan 8:10-11 se cita a Jesús que dice, “¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
¿Estaba Jesús realmente diciendo, “Si tú continúas en tu pecado de adulterio, yo no puedo estar aquí para salvarte otra vez de ser apedreada”? En la realidad nosotros no podemos dejar de pecar del todo hasta que seamos perfeccionados en el cielo.
Para otra pregunta: En Juan 10:30 Jesús dijo, “Yo y el Padre somos uno.” ¿Quiere eso decir que cuando Jesús resucitó de los muertos al tercer día de su muerte, de hecho Él se resucitó a sí mismo de los muertos? Yo creo que la Biblia dice que Dios el Padre lo resucitó a él, pero él también es Dios.
R: Según la Ley, en ausencia de dos testigos Jesús no podía condenar a la mujer (Deuteronomio 17:6). Al decirle que dejara su vida de pecado, Él le estaba diciendo, “Deja de cometer adulterio.”
Al ejercer Sus poderes divinos Jesús pudo haber evitado ser arrestado, Él pudo haber salido de la cárcel, Él pudo haber soportado los golpes sin tener ningún rasguño, y aún bajarse de la cruz y alejarse de ahí. Pero para poder salvarnos Él tenía que confinarse a Sí mismo a Su estado humano y depender del poder de Dios, como usted y yo lo hacemos. Cuando usted se detiene a pensarlo, Él tenía que tomar decisiones momento a momento para negar Su poder de salvarse a Sí mismo y soportar el dolor y el sufrimiento requerido para pagar el castigo por nuestros pecados, eso hace que lo que Él hizo fuera aún más sorprendente.
Él dijo, “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).