Justicia perfecta, amor perfecto

Q

Jueves, 27 de julio de 2017

P: Soy de Arabia Saudita y un lector regular de su sitio web. Cada mañana me emociono cuando visito su sitio web para llenarme con la Palabra de Dios.

Tengo dos preguntas: ¿Quiénes somos nosotros para merecer ese tipo de sacrificio como el que hizo Jesús? Y, ¿por qué Jesús va a llevar esas cicatrices por toda la eternidad? Qué triste para los redimidos observar al Rey de Gloria con cicatrices en Sus manos y pies debido a nuestros pecados.

A

R: Ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta qué es lo que hace que Dios nos ame tanto. Eso está más allá de nuestro entendimiento. Pero esta es una respuesta: En uno de sus libros, el autor Hal Lindsey especuló que en el juicio que tuvo, Satanás acusó a Dios al decirle, “Tú no eres justo y no tienes ningún amor.” En respuesta a ello, Dios hizo cuatro cosas.

Para demostrar Su justicia:

1: Dios nos creó como seres muy inferiores a los ángeles, pero compartiendo con los mismos los atributos del intelecto, agencia (libre albedrío) y existencia eterna.

2: Él nos dio un juego perfecto de leyes para vivir y dijo que cualquier violación a Sus leyes (aún sólo con el pensamiento) sería castigado con la muerte. No excepciones. Justicia perfecta.

Para demostrar Su amor:

3: Él se hizo hombre y llevó consigo el castigo de cada violación a Su ley en la historia de la humanidad, entregando Su vida para pagar el castigo que merecemos.

4: Finalmente, Él decretó que cualquiera de nosotros que aceptara Su acto de amor en fe sería librado del castigo correspondiente, ya sea que lo merezca o no. Y no solamente eso, sino que también recibiría el galardón increíble de vivir en Su presencia para siempre como miembros de Su propia familia, bendecidos inmensamente. Amor perfecto.

No tengo idea si eso realmente era el pensamiento de Dios cuando decidió salvarnos. Como dije, es mera especulación. Pero siempre me ha impresionado la lógica de Hal Lindsey. Es la mejor explicación que he visto de lo que Él ha hecho por nosotros.

En cuanto a las cicatrices, solamente puedo decir lo siguiente: Las marcas de Su humillación se han convertido en el emblema de Su gloria, evidencia visible de Su amor por nosotros.