La blasfemia al Espíritu Santo

Q

Miércoles 15 de noviembre de 2023

P: En Mateo 12:30-32 Jesús está hablándoles a los judíos, explicando un pecado que no puede ser perdonado. Yo entiendo que todos los pecados fueron perdonados en la cruz, pero en el versículo 32b él menciona “ni en este siglo ni en el venidero.” Yo asumo que eso es la Era del Reino como que es la próxima era (siglo) que viene para los judíos. ¿Estoy en lo correcto al pensar de esa manera? Y si es así, ¿qué significa eso para los judíos?

A

R: Mateo 12:30-32 fue dirigido a los fariseos que vieron con sus propios ojos mientras Jesús hacía milagros de varios tipos. Ellos rehusaron creer que Él era el Mesías que sus propias escrituras habían anunciado, así que le atribuyeron Sus milagros al único poder sobrenatural que ellos conocía, el diablo (Mateo 12:24). En otras palabras, ellos no hicieron eso por ignorancia sino con una intención maliciosa.

Cuando tomó forma humana Jesús puso a un lado Sus poderes como Dios e hizo milagros con el poder del Espíritu Santo, así que esos fariseos estaban blasfemando al Espíritu Santo. Al decir que ellos no serían perdonados en este siglo ni en el siglo venidero, Jesús estaba diciendo que debido a su deliberada incredulidad ellos habían sellado su destino eterno.

Muchos judíos en tiempos de Jesús, y desde entonces, han llegado a la fe en Él y sus pecados han sido perdonados. Un número importante de fariseos fue incluido entre ellos. Es solamente aquellos que a sabiendas blasfeman al Espíritu Santo al atribuirle Su obra milagrosa a Satanás los que fueron eternamente condenados. Todos los demás tienen toda su vida en la Tierra para decidir aceptar la muerte del Señor como pago por sus pecados y ser salvos, como los gentiles.

A propósito, puesto que las personas creyentes de la Era de la Iglesia tienen el Espíritu Santo en ellas, es imposible para nosotros poder cometer ese pecado, ya sea de manera consciente o inconsciente. Por ejemplo, algunas personas en Corinto acusaban a otras personas creyentes de estar maldiciendo a Jesús cuando hablaban en lenguas, pero Pablo en efecto les dijo que eso era imposible debido a la presencia del Espíritu Santo en ellas. (1 Corintios 12:3). Eso mismo se aplica a nosotros. Para nuestra era, el pecado imperdonable es rechazar el perdón que Jesús compró para nosotros con Su vida. El hacerlo nos pone fuera del perdón de Dios porque la muerte de Su Hijo es el único remedio que Él ha provisto para nuestro problema del pecado.