La disciplina del Señor. Seguimiento

Q

Miércoles 31 de agosto de 2022

P: Creo que es justo decir que todos nosotros hemos enterrado recuerdos y pensamientos que nos gustaría mantener enterrados. Ahora, ¿y si ya se los hemos entregado a Dios? Si esos recuerdos repentinamente regresan debido a una discusión o evento, ¿está Dios “haciendo algo” con esos recuerdos, por decir, nos disciplina para acercarnos más a Él? Leí en su publicación “La disciplina del Señor” que la disciplina no aumenta nuestro miedo, sino que aumenta nuestro amor. ¿Pero el proceso incluye hacernos enojar y herir?

A

R: Los psicólogos dicen que no podemos recordar un evento de nuestro pasado sin experimentar algunos de los sentimientos que lo acompañaron. Es por eso que llamamos agradables algunos recuerdos, mientras que otros son dolorosos. Algunos cristianos creen que, si no uno no ha olvidado un evento doloroso, entonces no has perdonado realmente a la persona que causó el dolor.

Soy de la opinión de que uno puede perdonar sin olvidar, y puede decir si eso sucedió por el hecho de que ya no experimentas el dolor cuando se recuerda el evento. Si ciertos recuerdos todavía traen de vuelta el dolor que los acompañó, creo que es una señal de que el perdón no ha tenido lugar. Si ese es el caso, al menos su relación con el Señor no será lo que pretendía ser hasta que usted haya verdaderamente perdonado a quien lo lastimó. Pero también usted podría estar trayendo otras consecuencias sobre usted mismo. Su salud emocional y física también podría verse afectada. En Efesios 4:26-27 Pablo nos advirtió acerca de esto.

Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga, y no den lugar al diablo.”

El resentimiento guardado, ya sea justificado o no, es quizás la mayor amenaza para la buena salud espiritual, emocional y física que la mayoría de nosotros alguna vez enfrentaremos.