Miércoles 20 de febrero de 2019
P: Leí un artículo en el que usted dijo: “La promesa de protección en tiempos como este no es para la Iglesia como un todo, sino para las personas creyentes individuales. A aquellas que buscan primero Su Reino y Su justicia, Dios promete satisfacer nuestras necesidades” (Mateo 6:31-33). ¿Quién es la iglesia como un todo? ¿Está usted diciendo que aquellas personas que tienen fe en las promesas de Dios tendrán sus necesidades satisfechas y la iglesia como un todo no lo cree? ¿No es la Iglesia como un todo el Cuerpo de Cristo?
R: Sí, la Iglesia como un todo es el Cuerpo de Cristo y nuestra recompensa celestial ha sido garantizada. Pero según investigaciones actuales, la mayoría de las personas creyentes nacidas de nuevo viven vidas aquí en la Tierra que en su mayor parte no pueden distinguirse de sus contrapartes incrédulas. Lejos de buscar el Reino de Dios, muchas de ellas se están ahogando en deudas por la búsqueda de lo que este mundo les ofrece. No anhelan el regreso del Señor y la única justicia que pueden reclamar es la que les es impuesta por la fe. Afortunadamente, eso es suficiente para salvarlas.
Las personas cristianas que han exigido vivir su propia vida a su manera no pueden esperar un rescate celestial cuando las cosas van mal. Son como el hijo pródigo. Nunca dejó de ser el hijo de su padre, pero mientras insistió en vivir la vida a su manera, fue separado de su padre y no recibió ayuda.
Pero para aquellas personas que se nieguen a seguir los patrones de este mundo y se dejen transformar por la renovación de sus mentes (Romanos 12:2) para buscar la voluntad de Dios, el Señor dice: “Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?… Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6: 31-33).