La Seguridad Eterna. Otro vistazo

Q

Jueves 13 de mayo de 2021

P: Primero quiero decirles que realmente disfruto de su sitio web y de lo que ustedes están haciendo. Especialmente me gustan sus artículos sobre el cumplimiento de la profecía en la actualidad.

Mi pregunta está relacionada con la seguridad eterna. Yo entiendo que como seguidores de Cristo Dios continuamente perdona nuestros pecados porque de otra forma nadie podría ser salvo (debido a que como humanos pecadores caemos una y otra vez) y Cristo habría muerto en vano. Sin embargo, mi pregunta es… ¿Puede alguien que cree en Dios, haberse arrepentido de sus pecados, ser nacido de nuevo, escoger perder su salvación? Por qué alguien querría hacer eso no lo sé. Yo creo que uno puede hacerlo porque Dios nos ha dado el libre albedrío. Si no podemos hacerlo, entonces Dios que nos dio la elección de escoger amarlo, una vez que lo hacemos no somos libres para dejar de amarlo. Yo creo que ese es el pecado imperdonable del que habla Mateo 12:32. También creo que ese es el significado de Hebreos 6:4-6.

Leí su artículo sobre Hebreos 6:4-6, “Aquí estará seguro… Un comentario sobre Hebreos 6” pero no entiendo dónde obtuvo usted que “y recayeron” significa que volvieron a los rituales de la Ley. ¿De dónde obtuvo usted esa información?

A

R: Las Escrituras para la agencia (que es la habilidad de poder elegir) y la seguridad (que es la inhabilidad para escoger) son igualmente claras. Juan 6:39 dice que El Hijo no perderá a ninguno que el Padre le haya dado. Juan 10:29 dice que nadie nos puede arrebatar de las manos del Padre. Romanos 8:38-39 dice que nada puede separar a una persona creyente del amor de Dios. Ni Juan ni Pablo nos eximieron de esa promesa.

2 Corintios 1:21-22 es quizás la más clara. “Y es Dios el que nos confirma con ustedes en Cristo, y es Dios el que nos ha ungido, y es Dios el que también nos ha marcado con su sello, y el que, como garantía, ha puesto al Espíritu en nuestros corazones.”

No existe la mínima insinuación en ninguna parte de las Escrituras que el sello del Espíritu Santo pueda ser removido y que su garantía sea anulada, ya sea por Dios o por alguien más. Somos salvos para siempre o nunca lo hemos sido.

En cuanto a Hebreos 6, la Carta a los Hebreos es el puente que Dios trazó del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento. Fue escrita para personas judías que se habían convertido al cristianismo y estaban bajo una intensa presión para regresar bajo la Ley. Todo en esa carta debe ser leído desde esa perspectiva.