Tanto 2 Tesalonicenses 2:3 como 1 Timoteo 4:1 hablan de la gente tropezando o abandonando la fe. Pero se puede hacer un fuerte caso de que una persona cristiana nacida de nuevo ya no tiene la capacidad de tropezar. 2 Corintios 1:21-22 dice que Dios es quien nos hace estar firmes en Cristo. El nos ha ungido, ha puesto Su sello de propiedad en nosotros y ha puesto Su Espiritu en nuestro corazon como un deposito el cual garantiza lo que esta por venir. Juan 10:27-30, Romanos 8:38-39, 2 Corintios 1:21-22, 2 Corintios 5:5, Efesios 1:13-14, y Efesios 4:30 concuerdan en que no hay nada que nos pueda separar del Senor, ni siquiera nosotros mismos.
Por consiguiente, quienes han «tropezado» no pudieron haber sido salvos en primer lugar. Esas personas son creyentes de nombre solamente y siguen la ultima moda y se apartan porque no hay nada que los sostenga. Esas personas no estan enraizadas ni cimentadas en la fe (Efesios 3:17-18). De otra forma, estos versiculos no serian ciertos.