Lecciones de la vida

Q

Miércoles 10 de noviembre de 2021

P: Mi pregunta se relaciona con tomar decisiones sobre asuntos no morales. En los casos morales yo creo que el Espíritu Santo pone la convicción en nuestro corazón para hacer lo que es bueno. Estoy hablando sobre los casos no morales como decidir estarse quieto o moverse, o ir a lo seguro y estar satisfecho con mi situación actual versus tomar el riesgo e intentar hacer algo que he querido hacer por mucho tiempo. Mi última decisión más reciente no funcionó como yo hubiera querido y aprendí muchas cosas en el proceso pero fue doloroso. ¿Es ese un síntoma por no vivir en comunión con Dios o hay decisiones importantes en la vida que Dios espera que hagamos uso de los recursos que tenemos para averiguarlo por nuestra cuenta?

A

R: Yo creo que la Biblia contiene un número de “lineamientos básicos” de los principios de vida que debe tener una persona creyente. Algunos que pueden aplicarse en este caso son, “Yo he venido para darles vida, y vida en abundancia” (Juan 10:10). “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). “En el mundo ustedes tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33), y “Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocíjense!” (Filipenses 4:4). Estos principios no son para algunas personas solamente, sino para todos los creyentes.

Cuando yo pensé en estos principios de una manera puramente de “éxito y felicidad”, tuve mucha dificultad para reconciliarlos con mis propias experiencias. Entonces empecé a ver el panorama más amplio y me di cuenta que la vida abundante abarca el ganar sabiduría y perspectiva también. Aprender las lecciones de la vida puede ser doloroso, pero aún estas están supuestas a ser para el bien de todas aquellas personas que lo aman a Él, y son causa para alegrarse. Sabiendo que hay un revestimiento de plata detrás de cada nube negra y aprendiendo a buscarlo con la expectativa de encontrarlo puede hacer que aún la experiencia más dolorosa sea beneficiosa en retrospectiva.

Pasar por un período difícil no necesariamente es una indicación de estar fuera de comunión. De hecho puede ser lo contrario. Puede ser la fase preparativa para algo más grande y mejor de lo que usted puede realizar.

Si usted considera que está fuera de comunión, confesar sus pecados le traerá el perdón y la restauración (1 Juan 1:9). Si el tiempo difícil persiste, empiece a buscar las bendiciones que de seguro vendrán, y empiece a regocijarse.