Lunes 28 de junio de 2021
P: Una muy buena amiga me ha pedido que si me gustaría leer mis cartas del tarot con ella. Ahora bien, siempre me he sentido un poco incómoda con cosas como esas ya que no quisiera “entretener al diablo” como tal o invitar que cosas malas sucedan.
Mi amiga y yo recientemente hemos vuelto a encender nuestra amistad después de haber tenido un desacuerdo y no nos hablamos durante varios años. Fue durante el bautismo de mis hijos lo que nos volvió a unir. Le expresé mis sentimientos de incomodidad y ella entendió, y efusivamente expresó cómo fue que ella disfrutó al leer sus cartas del tarot hace un año y también me dijo que esa lectura había implicado que volveríamos a ser amigas. ¿Qué cree usted que debemos hacer?
R: La lectura de las cartas del tarot cae bajo la clasificación de adivinación lo cual, en mi opinión, debe de evitarse. El hecho es que eso fue prohibido en tiempos del Antiguo Testamento. Deuteronomio 18:9-11 nos dice que a Dios no le agradan esas cosas. Solamente Él conoce el futuro, lo cual significa que cualquier otra fuente tiene un origen diferente. Puede ser solamente la opinión de la persona que lee las cartas, lo cual no tiene ningún valor, o puede ser algo mucho más siniestro, lo cual lo hace ser peligroso. El problema es que usted no puede identificar la fuente.
Usted no debe estar impresionada de que su reconciliación fuera prevista. Las oportunidades son 50/50 de que una predicción como esa sea haga realidad, y el poder de sugestión que generó pudo haber guiado a su amiga a buscar de manera subconsciente una oportunidad para reconciliarse con usted.