Viernes 26 de julio de 2019
P: Esta no es una pregunta teológica. Parece que usted tiene un buen conocimiento del ministerio y espero que pueda ayudarme con una pregunta de dinámica de grupo relacionada con un grupo pequeño.
Dirijo un pequeño grupo en nuestra iglesia. Una pareja parece ser muy buena para desviarnos del estudio. Como líder, no sé hasta qué punto la discusión se desvía del tema.
Esto ocurre todas las semanas. Cuando sucede, oro por discernimiento, pero, honestamente, no percibo ninguna guía clara, así que lo dejo hasta que la conversación llega al punto donde yo pueda captarla y continuar con el estudio. Ya para ese momento, siento que la línea de pensamiento se ha cortado y es difícil continuar.
¿Tiene alguna idea sobre el tema de liderar las discusiones en grupos pequeños?
R: Me parece que podría haber una falta de comunicación con respecto al formato de su grupo de estudio, como si estuviera tratando de mantenerlo más formal y estructurado, mientras que la otra pareja quiere una discusión más informal. Estas diferencias preferenciales siempre plagan la conducta de grupos pequeños.
Como líder del grupo, usted puede tener metas claras e incluso un resumen de los temas que se presentarán y revisarán cada semana. Cuando la discusión se desvía de ese esquema, usted empieza a preguntarse si se quedará sin tiempo antes de alcanzar sus metas.
La otra parte parece preferir un enfoque espontáneo, como “Abramos el libro y veamos a dónde nos lleva”. Es posible que ni siquiera se den cuenta del conflicto que esto causa. También pueden ser líderes de discusión frustrados, inconscientemente, secuestrando su agenda para satisfacer sus necesidades.
Si usted respeta sus puntos de vista, aunque su comportamiento frustre sus objetivos, puede hacer una de varias cosas.
1.- Reúnase con ellos uno a uno para revisar sus objetivos como líder del grupo y solicite su ayuda para mantener todo en orden. Podría ofrecerse a asignarles la responsabilidad de dirigir las discusiones del grupo de vez en cuando para ayudarles a satisfacer sus necesidades de liderazgo a cambio de su cooperación.
2- Explíquele la situación a su Pastor y pídale que los nombre como líderes de su propio grupo, o recomiende que se transfieran a un grupo cuyo estilo de líder sea más compatible con sus preferencias.
3- Si a usted le gustan las discusiones y siente que el único problema es que entra en conflicto con sus metas para las reuniones, incluso puede ofrecerse ponerse a un lado en favor de ellos.
Los grupos pequeños parecen funcionar mejor cuando todos en el grupo responden bien al estilo del líder. Después de haber realizado sesiones de capacitación en liderazgo por más de 20 años, sé que eso implica enseñar a los líderes a adaptar su estilo para satisfacer las necesidades de las personas sobre las que están a cargo.
Pero en entornos informales como el suyo, el objetivo debe ser hacer que el grupo sea lo más compatible posible con el estilo natural del líder. La clave del éxito en una situación como esta es manejarlo con el amor y el respeto que merece una persona creyente, manteniendo la humildad que todos debemos esforzarnos por expresar, al hacer la obra del Señor.