Miércoles 4 de agosto de 2021
P: En 2 Samuel 21 leemos que Dios estaba disgustado porque Saúl no había honrado un pacto con los gabaonitas, a pesar de que el juramento se había hecho de manera deshonesta, así que cualquiera que fuese el motivo al hacer ese pacto, debía ser respetado. ¿Entonces, por qué en el libro de Esdras fue permitido ‘expulsar’ a las esposas no judías que ellos habían tomado en desobediencia?
R: Cuando Josué hizo un pacto con los gabaonitas, lo hizo sin haber consulado con el Señor y fue engañado. Cuando él se enteró del engaño, en esencia consignó a los gabaonitas a hacer trabajos de servidumbre entre los israelitas de ahí en adelante, como castigo por lo que habían hecho (Josué 9:23). Pero Saúl estaba tratando de exterminarlos, lo cual era una violación a la ley que protegía a los siervos de sufrir ese tratamiento.
En el caso de las esposas extranjeras, en Deuteronomio 7:3 a los israelitas les era prohibido, y específicamente a los sacerdotes y a los levitas, casarse con mujeres extranjeras. Con excepción de las mujeres que habían sido legalmente tomadas como cautivas, los israelitas debían mantenerse separados de ellas (Deuteronomio 21:10-14). La razón de lo anterior es que Dios sabía que las esposas extranjeras seducirían a sus esposos hacia la idolatría. Casarse con una persona extranjera, por lo tanto, se consideraba una unión ilegal.
Los israelitas apenas acaban de regresar de un cautiverio de 70 años debido a su desobediencia, y Esdras se horrorizó al pensar que el Señor los volvería a poner en cautividad por sus violaciones a la Ley. Otros líderes estuvieron de acuerdo y por eso diseñaron un plan para devolver de manera voluntaria a sus esposas extranjeras y de esa manera regresar de conformidad con el Señor en un esfuerzo para mostrarle a Dios que habían aprendido su lección. Su arrepentimiento voluntario fue aceptado y el juicio fue evitado.
Entonces, a pesar de que los gabaonitas fueron protegidos y las esposas extranjeras fueron eliminadas, ambas acciones eran consistentes con la ley de Dios.