Jueves, 25 de abril de 2019
P: Tengo deficiencia renal y pancreática, y he estado en tratamiento de diálisis durante ya 2,5 años. Hemos estado orando por sanidad durante años, aún antes de entrar en la fase de diálisis. Mi oración es que aún si solamente fuera un mes antes del Rapto y eso es todo el tiempo que tendría como una persona “sana”, y aún pido por eso, parcialmente porque es horrible estar enferma todo el tiempo, y parcialmente porque podría ser un tremendo testimonio en el poder del Señor de pasar de apenas tener un poco de función renal, y ninguna pancreática, a estar de un momento a otro sana como cualquier otra persona. Yo he sido bendecida inimaginablemente con mi fe, mi esposo, y mis finanzas. Pero este cuerpo decadente siempre está colgando sobre mi cabeza, y parece que cada mes que estamos aquí en la tierra se empeora más y más. Yo creo que mi pregunta es, puesto que mis motivos no son 100% por-favor-sáname-para-que-pueda-atestiguar sino con toda honestidad están más orientados a querer estar sana aunque fuera por un corto tiempo, ¿anularía eso mis oraciones?
R: Mi versículo favorito en la Biblia es el Salmo 37:4 que dice, “Deléitate en el Señor, y Él concederá las peticiones de tu corazón.” Un significado de la palabra hebrea traducida “deleite” es estar uno alegre en todo. En ese sentido, eso es compatible con lo que Filipenses 4:4-7 dice,
“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocíjense! Que la gentileza que ustedes tienen sea conocida de todas las personas. El Señor está cerca. No se afanen por nada, sino que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
Para mí, el Salmo 37:4 quiere decir que cuando estamos alegres ante cualquier situación en la que nos encontremos, Él pondrá en nuestro corazón las cosas que nosotros deseamos y luego nos las dará.
Yo le sugiero que usted coloque toda esta situación en manos del Señor, y déjele a Él el resultado, y busque las maneras de regocijarse en todo lo que usted tiene mientras continúa pidiendo todo lo que usted quiere. La gentileza que usted tiene será cada vez más obvia, y la paz de Dios le llegará a usted con tanta abundancia que va a sobrepasar su capacidad de comprenderla. Por encima de todo recuerde, que es el deseo de Él que usted sea sana.