Los pecados de los padres

Q

Jueves, 20 de abril de 2017

P: Estaba leyendo mi devocional y encontré Deuteronomio 24:16, “Ningún padre morirá en lugar de su hijo, ni tampoco ningún hijo morirá en lugar de su padre; cada uno responderá por su propio pecado.” Eso me hizo recordar 2 Samuel 12 cuando el hijo de David y Betsabé murió como resultado de su pecado. Estaba pensando cómo unir esas dos situaciones. Le agradezco su ayuda al respecto.

A

R: Deuteronomio 24:16 es un importante principio de la Ley, porque nos recuerda la naturaleza personal de nuestra responsabilidad y por lo general tiene la intención de aplicarse en toda su amplitud. Pero al ser una figura poderosa y pública, el pecado de David con Betsabé fue noticia de primera plana en los países vecinos. Eso les dio a los reyes de esos países una gran ocasión para blasfemar al Señor (2 Samuel 12:14), colocando al Señor en una posición imposible.

Para demostrar que nadie está por encima de la justicia del Señor, David sufrió un castigo de una naturaleza pública similar (a pesar de que él escapó de la pena de muerte, la cual normalmente se aplicaba en casos como el suyo). Y recuerde, la pérdida de su hijo no fue el único castigo de David. Toda su familia estuvo riñendo entre sí. Un hijo violó a su media hermana. Su hermano lo mató y montó un golpe de estado en contra de David el cual casi tuvo éxito. En total, David perdió tres hijos debido a su pecado.

Al juzgar a David de esa forma, los reyes vecinos no podían acusar a Dios de jugarles sucio cuando los juzgaba, quejándose de que Él había dejado libre a David, porque entonces, ¿cómo podría Él justificarse cuando los castigaba? Eso nos asegura a nosotros de que nuestros líderes no solamente serán responsabilizados por los pecados que pueden cometer debido al poder de su investidura, sino que su castigo será severo y público también.