Miércoles, 15 de agosto de 2012
P: Ref.: Mateo 24:36. ¿Por qué Jesús no sabía el momento de Su retorno? ¿Fue porque Él se había despojado de los aspectos de Su deidad para “tomar forma humana” y así poder morir por nosotros, o había otra razón? He oído pastores que dicen que Él todavía no lo sabe, pero eso seguramente lo haría menos que Dios. Él debe de saber todo lo que el Padre sabe, ahora que Él está de vuelta con Él. También, ¿fue Su comentario relacionado con el rapto o la segunda venida? Yo también siempre he creído que el rapto lo determina la cantidad de personas creyentes, pero un Dios omnisciente, que ve el fin desde el principio, seguramente debe conocer cuándo ese número se completa.
R: Dios siempre ha sabido el día del rapto, pero por razones propias no lo ha revelado a la humanidad. Yo creo que cuando Jesús se hizo hombre Él de manera voluntaria puso a un lado Sus poderes divinos y funcionó solamente como un ser humano. Cuando Jesús dijo, “Nadie sabe ni el día ni la hora, ni siquiera los ángeles, ni el Hijo” en Mateo 24:36, yo creo que Él se refirió que como hombre Él no sabía los detalles de Su Segunda Venida. Pero en Apocalipsis 1:1 Juan escribió que el libro es “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.” Eso nos dice que cuando Jesús completó Su misión y volvió a tomar Sus poderes divinos, el futuro se le hizo claro y lo entendió en todos sus detalles.
En Mateo 24:36 Jesús estaba hablando acerca del momento de la 2da venida. Sabemos esto porque empezando en Mateo 24:15 el capítulo es más específico y corre de manera cronológica hasta el final. Primero es la abominación desoladora (v. 15) luego la Gran Tribulación da inicio (v. 21), y luego termina (v. 29), luego llega el momento de la 2da Venida (v. 30). Este es el día que Jesús tenía a la vista en Mateo 24:36.
Él no habría tenido ninguna razón para hablar del rapto en Mateo 24 porque Él estaba explicando el tiempo del fin a Israel, y a Israel nunca se le prometió el Rapto.