Miércoles 26 de febrero de 2010
P: Nací de nuevo hace cinco años y le he contado a mis amigos y familiares acerca de Jesús, del rapto venidero y todo eso. También he entregado toneladas de tractos a personas extrañas. He escrito artículos en línea y los he publicado en áreas de alto tráfico. He orado por personas que sé que son incrédulas, para que se acerquen a Cristo. Pero todo lo que sé, es que ¡nadie lo ha hecho! ¿Estoy haciendo mal algo? ¿Realmente no soy un buen centinela después de todo?
R: Es muy popular en estos días que personas cristianas se llaman a sí mismas centinelas, pero realmente es una aplicación errónea del título. Un centinela es una persona nombrada por Dios para advertirles a unas personas específicas acerca de un juicio venidero sobre ellas como consecuencia de sus pecados. Solamente se menciona dos veces en al Antiguo Testamento y en ambos casos se relaciona con Israel. Nunca se menciona en el Nuevo Testamento en relación con la Iglesia.
Lo que usted está haciendo es evangelizando. Si Dios le ha puesto a usted en el corazón que haga esas cosas, Él solamente le pide que sea obediente. Usted no es responsable de los resultados. Muchas veces se necesita toda una cadena de eventos para persuadir a una persona incrédula que acepte al Señor. Lo que usted está haciendo es solamente un eslabón en la cadena. Pero Dios ha prometido que Su palabra nunca volverá vacía (Isaías 55:11). Eso quiere decir que nada de lo que hagamos impulsados por Él será inefectivo. Así que no se desanime. Usted no conocerá los resultados completos de lo que está haciendo hasta que esté delante del Señor para recibir su corona (1 Corintios 4:5).