Martes 8 de octubre de 2024
P: Veo con mis propios ojos que hay muchas personas pecadoras que son tan bendecidas (una carrera estable, un estado financiero fuerte, una familia feliz con una bella socia, salud vibrante, etc.) y me pongo a pensar que puesto que soy Su hijo, ¿por qué yo no estoy disfrutando de todas las bendiciones que estas personas pecadoras tienen? También conozco a personas creyentes que son muy exitosas en la vida y tienen las mismas bendiciones. Entonces la pregunta es, ¿por qué parece que los hijos de Dios tienen diferentes niveles de bendición? ¿Es que Dios muestra favoritismo entre Sus hijos? Luego me vino a la mente que si no puedo confiar en Él para que me bendiga con todas esas cosas que veo que otras personas disfrutan, ¿estoy siendo ingenuo al confiarle mi salvación?
R: El Señor hizo que David escribiera la respuesta a su pregunta en el Salmo 37. Seguidamente un extracto del mismo:
“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en el SEÑOR, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en el SEÑOR, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.
Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en el SEÑOR, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz” (Salmo 37:1-11).
En vez de estar dudando por qué Dios no le está dando a usted lo que usted quiere, quizás debería tratar de preguntarle a Él si es que usted no está haciendo lo que Él quiere. Santiago dijo que no tenemos porque no pedimos, y que cuando pedimos no recibimos porque nuestros motivos están equivocados (Santiago 4:2-3). Quizás usted está siendo codicioso, o resentido, o celoso. O quizás hay algún pecado no confesado en su vida el cual está interrumpiendo su comunicación con Dios. Usted puede estar buscando la ganancia material para su propio placer en lugar de estar buscando Su justicia. Yo le sugiero que usted emprenda un estudio completo de este Salmo, y le pida al Señor que le muestre en dónde está su problema, porque Jesús dijo, “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).