Jueves, 10 de agosto de 2017
P: ¿Cómo debe interpretarse correctamente Mateo 6:25-26?
“Por tanto les digo: No se preocupen por su vida, ni por qué comerán o qué beberán; ni con qué cubrirán su cuerpo. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que ellas?”
Enormes cantidades de aves mueren de hambre en todo el mundo, especialmente durante el invierno, así como otros animales que se encuentran mal alimentados. Jesús debió saber eso, claro, como también sus escuchas. Me gustaría tener su perspectiva, porque no me gusta tener una disonancia cognitiva en cuanto a la provisión de Cristo (y de nuestro Padre) concierne, y yo espero que usted me puede ayudar a sentirme más cómodo con ese dicho.
R: Primero que todo, ¿sabía usted que aves y animales en enormes cantidades morían de hambre en tiempos del Señor? ¿Y sabía usted que Él sabía eso cuando nos estaba diciendo que puesto que Dios cuida de ellos, seguramente también cuidará de nosotros? Porque, si usted está en lo cierto, entonces Jesús estaría dando un falso testimonio lo cual es una violación del mandamiento. Eso lo haría a Él un pecador y lo habría descalificado para ser nuestro Redentor. Y puesto que Dios no hizo ningún otro plan para nuestra redención eso querrían decir que ninguno de nosotros es salvo.
Ciertamente las aves y otros animales tienen lapsos de vida finitos, pero durante sus vidas ellos no trabajan para alimentarse o protegerse. El Señor les proveyó esas cosas en la Creación. Solamente tienen que salir a buscarlo. Puesto que Él hace esas cosas para ellos, Él hará lo mismo para nosotros, así que no tenemos que preocuparnos acerca de ello. ¿Quiere decir eso que podemos recostarnos y esperar que se nos entregue el alimento? No, pero eso tampoco es así para las aves. Lo que significa es que si buscamos primero Su Reno y Su justicia, el Señor verá que todas nuestras necesidades sean cubiertas (Mateo 6:33).