Martes 25 de mayo de 2021
P: He entendido que tenemos un Dios grande y que no son nuestras grandes oraciones ni el pensamiento positivo lo que hace los milagros, sino que es Dios el que se mueve para responder a nuestras oraciones. Y así, nunca he entendido la necesidad para que se reúna un grupo de personas a orar sobre algún asunto en particular. Yo sé que cada vez que dos o más se reúnen a orar el Señor está en medio de ellos y eso es una bendición que puedo entender que alguien quiera disfrutar, ¿pero no produce eso el mismo resultado si solamente una persona estuviera orando? ¿Hay algo que no entiendo?
R: En Deuteronomio 19:15 el Señor dijo que cualquier asunto criminal debía ser establecido por el testimonio de 2 o 3 testigos. Pero Jesús aplicó esto en un sentido general en Juan 8:17 para mostrar que Su testimonio y el testimonio del Padre eran suficientes para validar Su testimonio.
Por varias razones, usted y yo podemos carecer de la convicción de que Dios contestará nuestras oraciones particulares. Pero cuando oramos en voz alta con un grupo de creyentes que se han puesto de acuerdo con nosotros en oración, eso usualmente fortalece nuestra convicción.
Eso se debe a que al reunir a otras personas para que estén de acuerdo con nosotros en oración sirve como una confirmación de que nuestra petición a Dios vale la pena para atraer Su atención.
Desde nuestra perspectiva, orando con otras personas produce la misma clase de autoridad a nuestras oraciones como la declaración de testigos en una corte. Mientras más son los testigos, más fuerte es el caso.
Según Mateo 6:8 Dios conoce lo que necesitamos antes de que se lo pidamos, sin embargo, Él nos anima a pedir de todas maneras. Una oración de grupo eleva tanto nuestra propia expectativa como la de las personas que están de acuerdo con nosotros, de que obtendremos una respuesta favorable.
Finalmente, en Mateo 21:21-22 Jesús dijo que el factor más importante en nuestras oraciones es creer que tenemos el deseo y la habilidad de Dios para que Él nos otorgue nuestra petición. Sabiendo que otras personas están de acuerdo con nosotros nuestra fe se hace más fuerte.