El pecado y la auto mutilación

Q

Martes 13 de julio de 2021

P: Las explicaciones que usted ha dado sobre la diferencia entre Unión y Comunión me han sido de mucho provecho al poder sobreponerme a los temores acerca de la salvación los cuales pueden ser tan tenues cuando eso no se entiende correctamente. Estaba por respirar fuertemente un alivio en la Seguridad Eterna hasta que leí la enseñanza de “cortarse la mano si la misma es causa de pecado” (Mateo 5:29-30). Jesús parece estar diciendo que debemos extirpar el pecado de nuestras vidas por medio de medidas drásticas porque de otra manera hay un peligro de que podamos irnos al infierno. ¿Debemos nosotros solamente estar satisfechos con todos los pasajes sobre la Seguridad Eterna y desechar eso como una enseñanza que no está clara? ¿Podemos asumir que Jesús está diciendo algo diferente que el pecado nos causará irnos al infierno si no tomamos medidas para sofocarlo?

A

R: Deténgase un momento y piénselo. ¿Su mano derecha puede realmente hacerlo pecar? ¿Y dejará usted de pecar si se la corta? ¿Y qué me dice de su ojo derecho? En unos versículos anteriores Jesús dijo que pensar acerca de pecar es lo mismo que hacerlo. Por consiguiente, una persona ciega y amputada de sus extremidades no tiene ninguna garantía para que no peque.

De Mateo 5:17-48 vemos que el Señor estaba predicando acerca de la necesidad de un Salvador porque es imposible para una persona adquirir el nivel de justicia que la Ley requiere. Tendríamos que ser perfectos como nuestro Padre en el Cielo es perfecto (Mateo 5:48) Y no solamente por un poco de tiempo, sino por una vida entera, sin ningún intervalo.

Puesto que no podemos lograr eso tenemos que tener la justicia de Dios impuesta a nosotros por fe. Eso es lo que el señor hizo posible para nosotros en la cruz.

Romanos 3:21-24 dice, “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, y de ello dan testimonio la ley y los profetas. La justicia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, es para todos los que creen en él. Pues no hay diferencia alguna, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús.”