El pecado, la salvación, y las recompensas

Q

Miércoles 19 de junio de 2024

P: Mi pregunta se relaciona a la seguridad eterna. En una de sus respuestas leí que cuando somos salvos, es para la eternidad y no hay forma de que seamos “des-salvados”. Sin embargo, varios pasajes en la Biblia nos advierten en contra de apartarnos o de “ocuparnos en nuestra salvación” (Filipenses 2:12), o “salvándonos a nosotros mismos al continuar en la doctrina” (1 Timoteo 4:16), o perdiendo nuestro galardón (2 Juan 1:8), aun el libro de Apocalipsis menciona que “Dios quitará su parte del libro de la vida” (Apocalipsis 22:19).

Estos pasajes y muchos otros muestran que uno puede perder sus galardones si se aparta. Como una persona que es salva yo aún pecaré debido a mi naturaleza humana. Sin embargo, en 1 Juan 3:9 el apóstol dice que el que no practica el pecado no puede pecar. Esto es también un poco confuso. Suponga que después que soy salvo, peco y muero antes de poder confesar los pecados que cometí antes de morir, ¿qué sucederá? ¿Perderé mis galardones?

A

R: Usted ha hecho una pregunta muy compleja, pero déjeme intentar resumirla en mi respuesta.

Primero que todo, recuerde este principio. La salvación es un regalo gratuito, mientras que los galardones es algo que nosotros ganamos. Así que si un pasaje nos está exhortando a trabajar, no puede estar hablando de la salvación porque no hay ninguna obra que podamos hacer para ganarla o mantenerla. Es desafortunado que los traductores usaran la palabra “trabajo” en Filipenses 2:12 porque la idea es la de hacer un trato o llegar a una resolución, como solucionando un problema con alguien más. El siguiente versículo muestra quién está realmente trabajando. “Porque Dios es el que en ustedes produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Con anterioridad en la misma carta Pablo había escrito “el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Además, los pasajes más claros sobre la salvación todos dicen que somos salvos debido a lo que creemos, y no debido a cómo nos comportamos (Juan 3:16, Juan 6:28-29, Juan 6:40, Romanos 10:9, Efesios 2:8-9, Tito 3:4-7),

En 1 Timoteo 4:16 Pablo estaba advirtiéndole al pastor Timoteo de asegurarse de enseñar siempre la sana doctrina porque sus seguidores dependían de él para la verdad y los guiaría a la salvación, también.

El mejor argumento para asegurarse de que usted entiende totalmente el contexto de un pasaje es el que usted cita usando 1 Juan 3:9. Si alguien que es nacido de Dios no puede pecar, entonces, ¿quién entre nosotros es salvo? Todos continuamos pecando. Armados con la promesa clara de la salvación garantizada de Efesios 1:13-14 y 2 Corintios 1:21-22, y sabiendo que la palabra de Dios no puede contradecirse a sí misma, tenemos que concluir que Juan estaba tratando con un pecado específico, no una condición general. Y así es. Su carta era una advertencia acerca del pecado del gnosticismo. Ninguna persona que es nacida de nuevo puede creer en eso. Y si él estaba hablando en contra de todos los pecados en general, él no habría incluido nuestro remedio para el pecado en 1 Juan 1:9, porque las personas que no son pecadoras no necesitan reasegurarse que la confesión trae el perdón.