Viernes 12 de junio de 2020
P: ¿Me podría aclarar la diferencia entre el centurión romano que le pidió a Jesús una sola vez que sanara a su siervo, y por qué a nosotros se nos dice de orar sin cesar como la viuda con el juez? Yo creo que solamente necesito pedirle una sola vez a Dios por algo y luego dejar el asunto en Sus manos. ¿Estoy tomando la manara fácil de hacerlo?
R: Su manera ciertamente requiere del menos esfuerzo, pero puede que no sea la más productiva. La razón es la siguiente.
El centurión pidió una sola vez y obtuvo una respuesta inmediata (Mateo 8:57). El punto de la parábola de la viuda persistente es que si no obtenemos una respuesta inmediata siempre debemos seguir orando y no darnos por vencidos (Lucas 18:1-8). Por lo tanto, si obtenemos nuestra respuesta de inmediato (como el centurión) dejamos de orar por eso, pero si no la obtenemos así (como la viuda) debemos seguir orando.
La Biblia también nos dice que debemos creer que el Señor contestará nuestras oraciones cuando oramos (Mateo 21:22). De otra forma, ni aún la oración constante nos llevaría a ningún lado (Santiago 1:6-7).