Martes 16 de junio de 2020
P: Muchas gracias por sus maravillosas enseñanzas bíblicas. He sido extremadamente bendecida por ellas. He encontrado en mis propios estudios bíblicos y en libros extra bíblicos una interpretación muy angustiosa del juicio acerca de las coronas/recompensas ante el Tribunal de Cristo. Un libro escrito por un escritor muy popular cita 2 Juan 8 “Tengan cuidado de no perder el fruto de su trabajo, a fin de que reciban el galardón completo.” Prosigue explicando que muchas personas creyentes que han servido al Señor durante muchos años, perderán las recompensas y las coronas que han ganado si caen de vuelta en la tentación de la carnalidad, sensualidad, u otras tentaciones de la carne.
¿Me equivoco al pensar que cada vez que pecamos somos perdonados pero perdemos nuestras recompensas? Me duele pensar que algo que haya hecho por lo que he ganado una corona se perdió debido a un pecado (no importa si grande o pequeño) a pesar de que ese pecado fue confesado.
Por favor ayúdeme a entender esto porque yo quiero servir al Señor en el Cielo basada en mis recompensas, y yo quiero complacerlo a Él, pero si cada vez que me enojo con mi esposo o con mis hijos adultos, o tengo un mal pensamiento o una mala actitud (a pesar de haberlo confesado y ser perdonada), tengo que empezar de cero, eso me quita el gozo de servir al Señor. ¿Hay algo malo con mi tren de pensamientos?
R: En primer lugar el contexto de 2 Juan 8 es el gnosticismo, no las recompensas celestiales. Juan les estaba advirtiendo a sus lectores de no dejar atraparse por esa enseñanza porque si lo hacían eso indicaba que ellos “no tenían a Dios”. Solamente manteniéndose en la enseñanza de Cristo ellos saben que tienen tanto al Padre como al Hijo. Esa es la recompensa a la que él se estaba refiriendo. Él prosiguió advirtiéndoles que no dejaran siquiera que los que enseñaban el gnosticismo entraran en sus casas. La reacción que usted tuvo a lo que escribió ese autor es una indicación que el espíritu de discernimiento que usted tiene está activo.
Dios quiere que tengamos todas las recompensas que hemos ganado, y no está buscando la manera de quitárnoslas. Si ese autor estuviera en lo correcto, entonces todos nosotros lo perderíamos todo, porque todos hemos tropezado en algún momento de la vida. Este es otro giro del viejo esfuerzo que utilizan algunos predicadores para usar la Biblia como un garrote para mantener a los creyentes en línea.
En Apocalipsis 3:11 Jesús nos dijo que Él venía pronto, y que guardáramos lo que teníamos para que nadie nos quitara nuestras coronas. Eso significa que debemos mantener expresando nuestro agradecimiento por Su promesa de volver por nosotros, por pensar en Él, anhelar Su retorno, manteniendo nuestra justicia por medio de oraciones de perdón, y hacer actos de misericordia en Su nombre. Es nuestra actitud de agradecimiento lo que nos motiva a calificar por las recompensas, y no el temor de perder lo que ya hemos recibido.
El no hacer esas cosas porque uno ha perdido fe en Sus promesa es en efecto permitirle al enemigo que nos robe las coronas que de otra manera hemos recibido.