¿Perdón de todos los pecados o sólo los pasados?

Q

Lunes 7 de junio de 2021

P: Discutía con una persona que cree que cuando uno nace de nuevo, Dios solamente perdona los pecados del pasado antes de haber nacido de nuevo, pero no los pecados futuros. ¿Hay alguna Escritura que diga o implica que Jesús murió por nuestros pecados futuros después de haber nacido de nuevo?

A

R: Hay varias:

En Colosenses 2:13 Pablo escribió que “Él ha perdonado todos nuestros pecados.” La palabra griega traducida “todos” significa todos y cada uno. Eso quiere decir que cuando nacemos de nuevo todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros son perdonados.

En Efesios 1:13-14 Pablo dijo que nuestra salvación fue garantizada desde el momento en que creímos. ¿Cómo pudo él haber dicho eso a menos que nuestros pecados futuros han sido perdonados así como los pasados? Él dijo esencialmente lo mismo en 2 Corintios 1:21-22; 2 Corintios 5:5 y Efesios 4:30.

En Hebreos 10:14 el escritor dijo, “Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados.” ¿Cómo podría Dios vernos perfectos para siempre a menos que todos nuestros pecados fueron perdonados?

Si eso no hubiera sido el caso, toda persona que ha sido salva tendría que permanecer absolutamente sin cometer ningún pecado por el resto de su vida. Eso significa que nosotros seríamos responsables de mantenernos salvos a nosotros mismos. Eso es una violación de Efesios 2:8-9 que dice que somos salvos por gracia y no por obras, para que nadie se vanaglorie. Ciertamente las personas que pudieran vivir sin cometer ningún pecado en sus vidas, tendrían mucho de que vanagloriarse.

El hecho es que permanecer libres de pecado es una imposibilidad según los estándares de Dios porque el hacerlo requiere que seamos perfectos, como nuestro Padre celestial es perfecto (Mateo 5:48). Puesto que no podemos ser perfectos como Dios es, todos volveríamos a estar perdidos después de un corto período de tiempo, y la muerte del Señor no habría valido para nada.

Para prevenir eso, Dios nos impuso una justicia igual a la Suya. No podemos ganarnos esa justicia tratando de ser perfectos. La misma llega por la fe en Jesucristo a todos los que creen. Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús (Romanos 3:21-24). Él puede salvar completamente a todas las personas que llegan a Dios por medio de Él, porque Él está a la diestra de Dios intercediendo siempre por nosotros (Romanos 8:33-34; Hebreos 7:25).