Perlas a los cerdos

Q

Viernes 19 de abril de 2019

P: Si vamos a compartir el Evangelio con otros, entonces, ¿qué quiso decir el Señor cuando dijo: “No den lo santo a los perros, ni lancen sus perlas delante de los cerdos”? ¿Se supone que debemos discernir con quién compartir? Siempre pensé que seríamos testigos a todas las personas que encontramos en la vida. ¿Qué quiso decir el Señor con eso?

 

A

R: Usted se refiere a Mateo 7:6 que dice: “No den lo santo a los perros, ni lancen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan contra ustedes y los despedacen.”

En Mateo 7:1-5 el Señor nos había estado advirtiendo de no juzgar a los demás y que nos aseguremos de que nuestra vida espiritual está en orden antes de decirles a otras personas cómo deben vivir la suya.

A menos que seamos llamados a ser evangelistas públicos, creo que deberíamos concentrarnos en compartir el evangelio con aquellas personas que han expresado su interés en conocerlo en base a lo que han observado en nosotros. Tratar de forzarle el evangelio a alguien que no está interesado, o interesada, y con quien no tenemos credibilidad es como dar algo sagrado a los perros o arrojar nuestras perlas a los cerdos.

El Señor completó este pensamiento diciendo que cuando ignoramos Su consejo, corremos el riesgo de que los incrédulos ridiculicen el Evangelio (lo pisoteen) y luego nos acusen de hipocresía por no practicar lo que predicamos (despedazándonos).

Los testigos testifican de cosas que han observado personalmente. Nuestra propia vida cambiada es nuestro testimonio más poderoso.