Permaneciendo en comunión

Q

Jueves 13 de octubre de 2022

P: Yo sé que debo pecar como mil veces al día. Aún lo mejor que hago es como trapos de inmundicia, así que parece que mi mismo ser, por el hecho de que yo vivo y respiro en esta tierra, es una ofensa a Dios. Aún lo mejor que yo hago es pecado. Cuando lo confieso a Dios, ¿qué sucede si me olvido de los pecados que cometo todos los días? Estoy seguro que tengo un armario lleno de pecados que nunca he confesado porque son demasiados que no puedo recordarlos. Así que, con tantos pecados no confesados, ¿cómo puedo obtener y mantener la comunión con Dios?

A

R: La comunión es el segundo nivel de nuestra relación con Dios, después de la salvación. Es cuando empezamos a disfrutar las bendiciones y protecciones en el aquí y en el ahora, mientras estamos esperando ser llevados con Él. Permanecer en comunión requiere que confesemos nuestros pecados cuando pecamos como lo indica 1 Juan 1:9.

El Señor juzga los motivos de nuestros corazones cuando confesamos nuestros a Él, y no nuestra capacidad de recordar cada pequeño detalle de nuestras vidas. Mientras seamos sinceros seremos perdonados de todos nuestros pecados, ya sea que nos refiramos específicamente a ellos o no.

El Rey David desarrolló una gran oración de perdón para ayudarlo a cubrirse completamente. Él la escribió como parte del Salmo 19.

¿Quién podrá reconocer sus propios errores? Perdóname de los que no puedo recordar. ¡No permitas que la soberbia domine a este siervo tuyo! ¡Líbrame de cometer grandes pecados, y nadie podrá entonces culparme de nada!
Tú, SEÑOR, eres mi roca y mi redentor; ¡agrádate de mis palabras y de mis pensamientos!” (Salmo 19:12-14).

Orando con estos versículos se cubren tanto los pecados que podemos recordar como los que hemos olvidado.