Jueves, 17 de septiembre de 2020
P: Creo que una persona cristiana puede optar por alejarse de Dios. Dios nunca se alejaría de nosotros, pero ¿no podemos elegir alejarnos de Él? No creo que renunciemos al libre albedrío una vez que nacemos de nuevo, ¿verdad?
R: En Juan 10:27-30, Jesús dijo que nadie podría arrebatarnos ni de la mano de Él ni de la de Su Padre. No dice nadie sino nosotros. En Romanos 8:38-39, Pablo dijo que nada podría separarnos del amor de Dios. No dijo nada sino nosotros.
En Efesios 1:13-14 Él dijo que fuimos incluidos en Cristo cuando escuchamos el evangelio de nuestra salvación y lo creímos. En ese momento recibimos el sello del Espíritu Santo como depósito que garantiza nuestra herencia. No hay una palabra en ningún lugar del Nuevo Testamento que indique que este sello pueda invalidarse, ni la devolución del depósito ni la cancelación de la herencia, y he aquí por qué.
En 1 Corintios 6:19-20, dijo que no somos nuestros pero que hemos sido comprados por un precio.
En 2 Corintios 1:21-22, dijo que es Dios quien nos hace estar firmes en Cristo. Él nos ungió, puso Su sello de propiedad en nosotros y puso Su espíritu en nuestros corazones como depósito, garantizando lo que está por venir. Entonces, es Dios quien nos compró, y el precio que pagó fue la sangre de Su Hijo (1 Pedro 1:18). Para mí, esto significa que la decisión es irreversible. El Creador del Universo nos ha hecho suyos.
“Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre ustedes dios ajeno. Ustedes, pues, son mis testigos, dice el SEÑOR, que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?” (Isaías 43:12-14)