Jueves 11 de junio de 2020
R: Recientemente recibí un devocional diario de un sitio web cristiano, el cual empieza así: “¿Entendemos completamente lo que cuesta el reino de Dios cuando vivimos con un compromiso restringido a Cristo? Un sinnúmero de almas puede que nunca oigan las buenas nuevas, los obreros cristianos tan necesarios puede que nunca pongan sus pies en su fe, y las oraciones que pudieron haber sido respondidas nunca se pronunciaron.”
Esta afirmación me preocupó porque parece que implica que debido a nuestros defectos de alguna manera se puede prevenir que se haga la voluntad de Dios en las vidas de otras personas. Yo puedo entender cómo es que nuestras decisiones afectan directamente nuestras vidas, pero si fallamos en testificarle a alguien, por ejemplo, ¿quiere decir eso que esas personas nunca oirán las Buenas Nuevas y de hecho, estamos entorpeciendo su salvación? Gracias por aclarar cosas como esa que generalmente no son fáciles de entender.
R: Es triste decirlo, pero eso es algo que alguien está haciendo para hacer que las personas cristianas se sientan culpables por no hacer todo lo que pueden y deben. La verdad es que el reino de Dios no depende de nosotros. En Mateo 16:18 Jesús dijo que Él edificaría Su Iglesia.
A nosotros se nos invita a ayudar pero si fracasamos en hacerlo eso no impide el avance del Reino. Dios no pierde ninguna oportunidad debido a nuestro desgano. Si nosotros no cooperamos, Él encontrará a alguien más que lo hará. Somos nosotros los que perdemos la oportunidad.
Si eso no fuera así, todas las personas no salvas podrían reclamar, con una excusa legítima, diciendo que por nuestra culpa es que no pudieron salvarse porque nunca se los dijimos. Siendo justo, Dios no los podría condenar. Imagínese el problema que eso la causaría a Él.