Perdonarnos a nosotros mismos es como perdonar a los demas. Debemos elegir hacerlo a pesar de que no sintamos hacerlo, porque esa es nuestra forma de darle gracias a Dios, Quien nos perdono. Y si pensamos que en realidad la volamos, posiblemente tengamos que tomar la decision de perdonarnos a nosotros repetidamente para darle a nuestros sentimientos un tiempo para que alcancen a nuestras elecciones.
Recuerde, 1 Juan 1:9 dice, «Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.» Si ya hemos confesado ya hemos sido perdonados y nuestro pecado ha sido olvidado por Dios. En la mente de Dios es como si eso nunca hubiera sucedido. Y lo que resta es aceptar Su perdon y seguir adelante.
«Por la misericordia del Senor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada manana; grande es su fidelidad» (Lamentaciones 3:22-23).