¿Podemos salirnos de las manos de Dios y elegir el infierno?

Q

Viernes 9 de agosto de 2019

P: Yo creo que estamos bien con Dios en cuanto a nuestra profesión de fe en Jesucristo. Si nosotros creemos en Cristo, somos hechos justos, pero si no creemos en Él, no lo seremos. Recientemente me he encontrado con personas que dicen que pedimos perdón y luego corremos nuestra carrera para permanecer justos. También, esas personas creen que uno puede apartarse de Dios completamente sin ninguna posibilidad de poder devolverse si uno renuncia a Cristo. Me cuesta mucho entender esto porque he tenido problemas con ataques demoníacos últimamente que tratan de alejarme de Dios y yo no quiero irme allí. Yo sé que la Biblia dice que una vez somos salvos, es para siempre, pero tengo dificultad en entender eso puesto que en nuestra naturaleza humana, sentimos que simplemente podemos salirnos de las manos de Dios y elegir el infierno. ¿Me puede ayudar a entender esto?

A

R: En primer lugar, yo no conozco ninguna persona creyente que quiera salirse de la mano de Dios para elegir el infierno.

La manera más fácil para refutar esas afirmaciones es buscar las declaraciones más claras que la Biblia nos ofrece. En cuanto a que se trata de alejarse, hay varias. En Juan 6:39 Jesús dijo que es la voluntad del Padre que nadie nos arrebate de las manos de Su Padre ni de las Suyas. Jesús se llamó a Sí mismo el Buen Pastor y nosotros somos las ovejas de Su prado. Las ovejas tratan de perderse todo el tiempo, y cuando lo hacen es la tarea del pastor traerlas de vuelta. Nuestro Buen Pastor prometió nunca perder a ninguno de nosotros.

Pero para mí la declaración más clara combina dos afirmaciones hechas por Pablo. En 1 Corintios 6:19-20 él dijo que ya no somos nuestros puesto que fuimos adquiridos a un precio. Y en 2 Corintios 1:21-22 él dijo que Dios es el que nos hace estar firmes en Cristo. Él nos ungió, puso Su sello de propiedad en nosotros y puso Su Espíritu en nuestros corazones como un depósito que garantiza lo que viene.

Lo que esto significa es que usando la sangre de Cristo Dios nos ha comprado para Sí mismo. Nosotros estuvimos de acuerdo en dejar que Él lo hiciera, y ahora le pertenecemos a Él. La frase “no somos nuestros” significa que ya no tenemos la libertad de alejarnos porque ya no nos pertenecemos a nosotros mismos.

Unamos estas dos ideas. Dios compró, puso Su sello de propiedad en nosotros, y nos dio a Su Hijo para que nos cuidara. El Hijo prometió nunca perdernos. Nosotros le pertenecemos al Padre y estamos bajo el cuidado del Hijo. Nadie nos puede separar de ninguno de los dos. No hay nadie en el Cielo o en la Tierra que pueda cambiar eso, ni siquiera nosotros mismos.

Satanás sabe que no puede alejarlo a usted del Señor. Pero mientras usted crea que puede ser alejado, él lo hará sentirse miserable con la incertidumbre. Una vez que usted está convencido de que le pertenece al Señor para siempre, Satanás dejará de atormentarlo sobre eso.