Martes 16 de enero de 2024
P: Hace dos años realmente sentí que Dios me estaba llamando para que volviera a Él, sacándome del pecado hacia a una vida nueva. Así que me fui de Nueva York y me mudé de regreso a Nashville, donde vive mi familia para recuperarme espiritualmente. Encontré una gran iglesia y un mentor que caminó conmigo a través del dolor de dejar todo lo que amaba. Realmente me sentí esperanzado de tener una relación con Cristo que haría que valiera la pena dejarlo todo. Bueno, ya han pasado dos años, y no siento que Dios esté cerca de mí. ¿Por qué no puede encontrarse conmigo a la mitad del camino y al menos dejarme ser feliz aquí?
R: Las acciones externas no impresionan al Señor. Es el motivo de nuestro corazón lo que cuenta. Estoy seguro de que usted no tiene intención de hacerlo, pero usted suena como los israelitas en el desierto, que vivían cerca de Dios y tenían todas sus necesidades satisfechas, pero deseaban estar de regreso en Egipto (Números 11:4-6). Por sus acciones, usted ha intentado demostrar su intención de cambiar su vida, pero su remordimiento por lo que ha dejado muestra que su corazón aún no se ha recuperado.
Santiago 1:7-8 dice que la persona de doble ánimo es inestable en todo lo que hace y no debe esperar nada del Señor. Deje de desear que Él reproduzca su vida neoyorquina en Nashville y comience a preguntarse qué es lo que Él quiere que usted haga por Él. Una vez que se comprometas totalmente a estar en una relación con Él, las cosas comenzarán a cambiar. Él prometió que usted lo encontrará cuando lo busque con todo su corazón (Jeremías 29:13, Mateo 7:7-8).
Y sobre todo recuerde esto. Dios no nos encuentra a la mitad del camino. Él vino desde donde estaba hasta donde usted se encuentra, para poder tener una relación con usted. Ahora Él espera que usted venga “hasta el final” a Él.