Jueves 12 de enero de 2023
P: Si somos salvos solo por gracia, ¿por qué necesitamos creer en Cristo? ¿La gracia sola no significa que todas las personas deben ser salvas independientemente de su respuesta? ¿No es el acto de creer una “obra” en sí misma?
Además, ¿por qué Jesús dejó la tierra después de haber resucitado de entre los muertos? Creo que si se hubiera quedado, habría permitido que más personas creyeran y se salvaran. Me parece que la información sobre ser salvos y salvas no es lo suficientemente clara para que muchas personas la entiendan. Pero tal vez ese sea el plan: ¿salvar solo un pequeño porcentaje de personas?
R: No es solo la gracia lo que nos salva, es la gracia por medio de la fe (Efesios 2:8-9). La salvación es un regalo hecho posible por la gracia de Dios. Lo recibimos teniendo la fe para creer que Jesús pagó por todos nuestros pecados en la cruz. Nuestra fe es lo único que podemos contribuir a la ecuación y que no se cuenta como trabajo (Romanos 4:5).
¿Cuánto más quiere usted que haga Jesús además de haber dado Su vida? ¿Debería Él haber ido a un viaje misionero de 2000 años enseñándoles a las personas a aceptar el regalo que les había comprado? Él le dio esa tarea a la Iglesia (Mateo 28:19-20) pero incluso entonces prometió estar con nosotros mientras lo hacemos.
En cuanto a la claridad del mensaje, Juan 3:16 dice: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” ¿Cuánto más claro puede ser? Dios lo hizo simple. Si se ha vuelto confuso es porque el ser humano lo ha hecho así.
¿Su plan era salvar solo un pequeño porcentaje de personas? Dios no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan (2 Pedro 3:9). Él hizo todo lo necesario para salvarnos, solamente requiriendo que creamos que Él lo hizo. Todas las personas que invocan el nombre del Señor serán salvos y salvas (Romanos 10:13).
“¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? —le preguntaron. —Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús” (Juan 6:28-29).