Martes 15 de octubre de 2024
P: Mi esposo y yo discutíamos sobre la oración. ¿Cómo le explica usted a alguien que aun cuando Dios conoce el resultado de algo, Él aún quiere que nosotros oremos? ¿Me podría explicar eso?
R: En Filipenses 4:6 Pablo escribió, “Por nada estén ustedes afanosos, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
Yo no creo que Dios requiera que hagamos algo solamente por hacerlo. Yo creo que nuestras oraciones pueden influenciar el resultado. Piénselo de esta manera. Si Dios conoce el fin desde el principio, entonces Él conoce todo lo que está en el medio también. En otras palabras, Él no solamente conoce el resultado de una situación dada, sino también cómo ese resultado va a lograrse. Por ejemplo, Él conoce por adelantado si vamos a orar por un resultado en particular o no.
En numerosas ocasiones cuando una batalla comenzaba Dios le decía a su pueblo, “He entregado el enemigo en tus manos.” Pero ellos aún tenían que tomar las armas e ir a pelear. La batalla de Gedeón en contra de los madianitas (Jueces 7) es un buen ejemplo. Con frecuencia me pregunto qué hubiera sucedido si ellos hubieran decidido no pelear. Por supuesto que Dios ya conocía que ellos iban a pelear, y debido a eso Él peleó con ellos para asegurar la victoria que Él había prometido.
Sus batallas eran en contra de fuerzas físicas, mientras que las nuestras son en contra de fuerzas espirituales (Efesios 6:12). Pero yo creo que nuestra decisión de orar es la misma. Si eso no fuera el caso, su esposo estaría en lo correcto y nuestras oraciones serían ejercicios inútiles y sin ningún sentido.