«Por lo cual Dios tambien lo exalto hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesus se doble toda rodilla de los que estan en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Senor, para gloria de Dios el Padre.»
La palabra griega para lengua en ese pasaje no es solamente esa cosa en nuestra boca. Tambien se refiere a la lengua que hablamos. La misma palabra griega se usa en la frase «hablar en lenguas» la cual se repite varias veces en 1 Corintos 12-14 y significa hablar en distintas lenguas.
Ademas, en todo el libro de Apocalipsis Juan uso «lengua» para mostrar que estaba incluyendo a gentes de todos los idiomas. Por lo tanto, es razonable concluir que Dios quiso que el nombre de Jesus fuera pronunciado en toda lengua asi como por toda persona.
Es importante recordar que como fuese que el nombre del Hijo de Dios suene en nuestro idioma, el mismo representa todo pensamiento y sentimiento que llegan a nuestra mente cada vez que lo mencionamos, o lo escuchamos, o lo recordamos. Y ese es el nombre en cada idioma.
Por consiguiente, nosotros no nos inclinamos ante El porque El tenga un nombre determinado. Nos inclinamos ante El porque El es el Alguien cierto. Alguien que vino a la Tierra y murio por nosotros para que podamos vivir en el Cielo para siempre con El.
«Al que no cometio ningun pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que en el nosotros fueramos hechos justicia de Dios» (2 Corintios 5:21).