Pablo lo describe de la siguiente manera. El dijo «Yo se que en mi, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien esta en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero» (Romanos 7:18-19).
Pero Dios puede separar el pecado del pecador (Romanos7:20). El puede hacer eso porque despues de ofrecer una sola vez un solo sacrificio por los pecados, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:12-14).
Entonces, si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9) y nunca nos abandonara. El es el Buen Pastor y nosotros somos las ovejas de Su prado, y El prometio nunca perder a ninguno de nosotros (Juan 6:39).
El dijo, «Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna; y no pereceran jamas, ni nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. El Padre y yo somos uno» (Juan 10:27-30).
Cuando El dijo, «Nadie», El se refirio a nadie, ni siquiera usted mismo.