¿Por qué todavía peco?

Q

Jueves 1 de febrero de 2024

P: ¡Lo hecho a perder todos los días! ¿Qué sorpresa, verdad? Me siento mal y pido perdón tan pronto arruino las cosas. Yo sé que el Señor me perdona, pero simplemente ¡me cuesta mucho perdonarme a mí mismo! Yo nunca quiero herir los sentimientos de mi Padre, o causarle vergüenza, pero algunas veces yo actúo antes de pensar. ¿Soy yo el único que hace esto?

A

R: Ni por un momento. Todos lo hacemos. Y para aquellos de nosotros que basamos nuestro auto estima en nuestro rendimiento, es especialmente más difícil perdonarnos a nosotros mismos. Aunque lo sabemos muy bien, a pesar de ello seguimos pecando. Yo me tengo que estar recordando a mí mismo de manera constante que eso es parte de mi naturaleza. Es una falla que tengo incorporada en mi persona, un mecanismo auto destructivo. Si no lo tuviera no necesitaría un redentor. Pero Satanás lo utiliza para afligirme, tratando de descorazonarme y derrotarme.

Y de la manera como Dios hace con todos Sus hijos, yo tengo que separar mi comportamiento de lo que soy en Cristo. ¿Y quién soy? Soy una nueva creación, tan justo como el mismo Dios (2 Corintios 5:17, 21). Como Pablo dijo, “No soy yo el que peco, sino el pecado que mora en mí.” (Romanos 7:20)

Yo no puedo rescatarme a mí mismo, sino que tengo un Salvador, y Él es quien me ha rescatado. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1-2).