Martes 9 de julio de 2019
P: Estoy teniendo una discusión con unos amigos, y ellos no creen que Cristo murió por todos. Creo que Él murió por todos, pero solo eso solo es bueno para aquellos que lo aceptan. A menos que usted lo crea y lo acepte, su muerte no significa nada. Su sangre no tiene efecto para los que la rechazan. ¿Cree usted que eso es correcto?
R: De acuerdo con Juan 3:16, Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Jesús también dijo que todos los que piden reciben, que todos los que buscan encontrarán, y que todos los que toquen la puerta se les abrirá (Mateo 7:7-8). Juan el Bautista llamó a Jesús el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Y Pablo dijo que todos los que invocan el nombre del Señor serán salvos (Romanos 10:13).
Para mí, eso significa que Dios nos ha dado a cada uno la opción de aceptar o rechazar Su salvación. La lógica dicta que, si alguien que puede pedir es salvo, y si nadie que lo pide es rechazado, entonces Jesús murió por todos. De lo contrario, Él no podría haber extendido una oferta abierta de salvación a cualquiera que esté dispuesto a aceptarlo.
“Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan su corazón” (Hebreos 4:7). “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18).