Martes 4 de mayo de 2021
P: En el presente estoy viviendo con un hombre (no estamos casados). Él no ve lo que está sucediendo en el mundo de la manera cómo yo lo veo y hace todo lo posible para demostrar que estoy equivocada acerca de los últimos días que se aproximan. Yo amo a este hombre pero realmente no quiero casarme con él debido a su sistema de creencias. Algunas veces me siento muy alejada del Señor cuando él está en casa y siento como si Satanás está trabajando por medio de él para desanimarme. Siento una gran culpa por no estar casada lo cual no me había molestado anteriormente hasta que empecé mi caminar con Jesús. Siento que el Espíritu Santo me está acusando y no sé qué hacer. ¡¡¡No quiero quedarme atrás!!!
R: Su situación es un ejemplo de la razón principal por qué el Señor no quiere que personas creyentes se casen con incrédulas (2 Corintios 6:14-18). Nosotros vemos el mundo de manera diferente y esa diferencia puede tener una fuerte influencia en una relación. Su afirmación de que “realmente no quiero casarme con él debido a su sistema de creencias” me indica que usted está empezando a entender eso.
Pero si usted permanece como está ahora, usted estará fuera de comunión con el Señor y será una presa fácil para nuestro enemigo el cual jubilosamente utiliza a su compañero para quitarle a usted el gozo. Siendo una persona creyente, usted no estará poniendo en peligro su salvación y no será dejada atrás, pero la disensión en su relación solamente empeorará conforme usted crece en su fe y tendrá una vida infeliz y derrotada como cristiana.
La acusación que usted siente desde que es creyente es el Espíritu Santo advirtiéndole que cambie la naturaleza de su relación. Si usted ama a ese hombre, y quiere desea tener una vida con él que sea agradable al Señor, usted tendrá que llevarla de conformidad con los estándares bíblicos para personas no casadas, y darle a él una oportunidad para que la vea como una mujer cristiana fiel. Para mí eso significa vivir separadamente y permanecer en castidad.
Si él verdaderamente la ama a usted, eso puede llevar a una nueva relación en la cual él llegue a conocer al Señor y hará posible ese matrimonio cristiano que usted desea. Pero eso haría que Él también se mueva. De cualquier forma, el Señor ha prometido disponer todas las cosas para el bien de los que lo aman (Romanos 8:28). Cuando lo honramos a Él, Él no nos deshonra.