Martes, 24 de noviembre de 2020
P: ¿Puede ayudarme a comprender el papel de los profetas del Antiguo y Nuevo Testamento? He buscado en su sitio web una y otra vez, pero aun no entiendo completamente los conceptos. Pregunto esto porque recientemente mi pastor nos ha pedido a algunos de nosotros que tenemos el don de profecía que escuchemos al Espíritu Santo y si Él da impresiones, visiones, sueños, etc., sobre él y la iglesia, tenemos la libertad de compartir esto con él y permítale (a mi pastor) juzgarlos y tomar una decisión. Sin embargo, en el grupo soy el único que cree que el oficio de profeta ya no se usa fuera de Cristo. (Hebreos 1:2)
Realmente me gustaría su ayuda para comprender el papel de los profetas del Antiguo Testamento y los del Nuevo y, por favor, aclare los cinco dones ministeriales para mí. Realmente aprecio su ayuda.
R: En el Antiguo Testamento, Dios nombró profetas para que hablaran en Su nombre y los responsabilizó por su precisión. Según mi entendimiento de Hebreos 1:2, Jesús fue el último de estos profetas.
En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo ha otorgado a algunos el don de profecía con el propósito de consolar, fortalecer, y alentar, como usted ha indicado. Aquellas personas con el don de profecía también pueden “llenar los espacios en blanco” relacionando la palabra de Dios con una aplicación local o incluso personal. Como ejemplo, puede recibir una palabra profética acerca de cómo la confraternidad local debe aplicar la gran comisión en su comunidad, o cómo una persona puede ministrar al cuerpo de la iglesia de la manera más eficaz. Sin embargo, creo que todas esas profecías deben ser confirmadas por el testimonio de un testigo independiente.
El factor limitante hoy en día es que cada palabra de profecía tiene que ajustarse a lo que la Biblia ya ha dicho. En otras palabras, los profetas no pueden proclamar que Dios está haciendo “cosas nuevas” porque Dios no hace cosas nuevas. Hace lo que ya prometió hacer. (Por cierto, debe decirles a sus amigos que si ellos quieren la misma autoridad que los profetas del Antiguo Testamento, deben aceptar las mismas consecuencias si alguna vez se equivocan, porque eso era parte de ese oficio en Antiguo Testamento. No lo pueden tener en ambos sentidos.)
Con respecto al ministerio quíntuple, no estoy convencido de que Pablo pretendiera que cada congregación tuviera cada uno de estos “oficios” presentes dentro de su propia membresía. Veo Efesios 4:11-13 como una declaración general que aplica al cuerpo de la iglesia como un todo, no a las congregaciones individuales. Recuerde, él argumentó en contra de las “divisiones” (1 Corintios 1:10-17) por lo que me parece poco probable que luego abogara para que cada congregación o incluso cada denominación sea un cuerpo independiente. En cuanto a su propósito, la palabra griega que usó para apóstol describe a un embajador o comisionado. Del mismo modo, un profeta es un pronosticador, un evangelista es un predicador, un ministro es un pastor y un maestro es un instructor.