Martes 11 de octubre de 2022
P: Jesús dijo que si un hombre mira a una mujer con lujuria, en su corazón ya ha pecado con ella. También si odias a tu hermano es como si cometieras un asesinato en tu corazón. Si la ira es tan mala como el asesinato y la lujuria tan mala como el adulterio, ¿esto se aplica a los sueños? Si uno peca en los sueños ¿se considera pecado, ya que puede reflejar el motivo del corazón?
R: Recuerde que el Señor abrió esa sección de Su sermón al decirle a la gente que, para ver el Reino, su justicia debía exceder a la de los fariseos (Mateo 5:20). Le puedo asegurar que los fariseos no andaban por ahí matando gente o teniendo sexo ilícito.
La idea del Señor no era decirnos que nuestra lujuria o ira nos condenaría, sino mostrarles a los judíos, y especialmente a los fariseos, que mantener la ley en su comportamiento era insuficiente para alcanzar la justicia porque Dios nos juzga por las intenciones de nuestros corazones. Ellos pensaron que si controlaban su comportamiento lo suficientemente bien podrían convertirse en justos. Jesús dijo que si incluso uno piensa en pecar eso es tan malo como si realmente hubiéramos pecado.
Nadie puede evitar pensar en pecar, especialmente si uno está dormido en ese momento, por lo que nadie puede salvarse a sí mismo. Cuando Jesús fue a la cruz, llevó consigo los pecados de conducta y los pecados de intención y pagó por todo. Una vez que aceptamos Su muerte como pago por nuestros pecados, ya no tenemos que preocuparnos por eso.