¿Qué hay de los que nunca oyeron de Él?

Q

Martes 27 de julio de 2021

P: Muchas personas creen que los cristianos son unos arrogantes porque creemos que Jesús es el único camino a la salvación. En discusiones con personas no creyentes, aun las que no son hostiles sino que tienen curiosidad y buscan, la pregunta surge acerca de todas esas personas en la historia que murieron sin haber oído de Jesús. No sé qué responderles.

A

R: La respuesta es decepcionantemente sencilla y es por eso que difícilmente alguien la haya pensado. Dios es Justo. Al proveer un solo remedio para el estado caído del ser humano y luego condenar a los que fracasan en aceptar ese remedio es una cosa. Pero condenar a las personas simplemente porque no tuvieron conocimiento del remedio es evidentemente injusto y violaría la necesidad de justicia de Dios.

Esa es la misma necesidad, a propósito, que hizo necesario que Él muriera por nosotros para que pudiéramos vivir con Él. Su amor hacia nosotros hizo que Él quisiera salvarnos, pero Su necesidad de justicia requiere que nuestros pecados sean expiados. De otra manera, Él pudo simplemente no haber tomado en cuenta nuestros pecados y salvarnos de todas maneras.

Por otro lado, la declaración del Señor, “Nadie viene al Padre sino por Mí” (Juan 14:6) es rotunda. No hay ninguna otra manera para poder sortear eso.

Y finalmente tenemos la promesa de Dios que “no hará nada el SEÑOR, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Eso significa que no puede existir ninguna escapatoria no revelada para las personas no informadas.

Solamente hay una solución. Durante su vida cada persona que ha nacido tiene que haber recibido por lo menos una oferta bona fide de salvación después de haber alcanzado la edad del uso de la razón. Solamente porque no lo vemos no quiere decir que eso no sucede.

Considere esto. Pablo dijo que la misma creación evidencia la existencia de Dios de tal manera que el ser humano no tiene excusa (Romanos 1:18-20). Ninguna persona puede decir que nunca supo de la existencia de Dios. Él también dijo que los requisitos de la Ley están escritos en nuestros corazones, de tal manera que nosotros, de manera intuitiva, conocemos el bien y el mal (Romanos 2:14-15). Jesús dijo que quien pide recibe. Todo aquel que pide recibe, y a todo aquel que llama a la puerta se le abrirá (Mateo 7:7-8).

Para mí eso significa que en algún momento todas las personas saben que hay un Dios, lo que Él requiere de nosotros, y si nosotros llenamos ese requisito. Nosotros tenemos la elección de actuar sobre esa información o no, pero sí no podemos alegar ignorancia.