Viernes 5 de agosto de 2022
P: He estado leyendo su sección de Preguntas y Respuestas sobre lo que la sucede al cuerpo y al espíritu en el momento de la muerte. ¿Podría usted también decirme que le sucede al alma?
R: Aunque a veces se cree que el espíritu y el alma son lo mismo, según la Biblia, son diferentes. Hebreos 4:12 dice que la palabra de Dios penetra hasta dividir el alma y el espíritu. Pero ambos parecen ser eternos, mientras que nuestro cuerpo terrenal no lo es, estando sujeto a la muerte.
Algunos estudiosos creen que el alma humana consiste en la mente, la voluntad y la emoción de una persona. Si eso es cierto, entonces el alma también es el lugar donde reside nuestra naturaleza de pecado. En el rapto nuestro viejo ser corruptible será hecho incorruptible (1 Corintios 15:53). Para mí esto significa que además de recibir un nuevo cuerpo eterno, nuestra alma también será restaurada. Seremos hechos nuevos.
Cuando eso suceda, finalmente tendremos las riquezas completas de la comprensión total del misterio de Dios, es decir, Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento (Colosenses 2:3). Solo nuestras emociones piadosas de paz, alegría, amor, etc. permanecerán. Las emociones impías, las que actualmente nos incitan a pecar, desaparecerán.
El propósito de Dios para nosotros es que seamos conformados a la semejanza de su Hijo (Romanos 8:29). No es que todos nos parezcamos a Él, sino que seremos como Él.
Y Juan dijo que seremos semejantes a Él porque lo veremos tal como es (1 Juan 3:2). Todo esto sucederá cuando nuestra alma sea restaurada.
“El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” (Salmo 23:1-3).