Viernes, 15 de septiembre de 2017
P: En una de sus respuestas sobre la salvación usted escribió, ¿El hecho es que algunas personas creen que son salvas y no lo son, y otras que temen no ser salvas descubren que sí lo son.” ¿A quiénes se refería usted?
R: Las personas que creen que son salvas pero no lo son, son aquellas que creen que unirse a una iglesia en particular o hacer ciertas “buenas obras” es todo lo que necesitan para la salvación. No se dan cuenta de que la única manera en que podemos ser salvos es naciendo de nuevo y que el Señor murió por nuestros pecados y resucitó de nuevo. “Jesús les respondió, de cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Las personas que temen no ser salvas pero que realmente lo son, son las que creen que Jesús murió por ellas y han pedido la salvación pero ya sea que están preocupadas de que no han sido lo suficientemente buenas para merecerla, o están convencidas de que han sido lo suficientemente malas para perderla. Esas personas no se dan cuenta de que el que pide en fe recibe la salvación, sin importar la clase de vida que hayan tenido (Mateo 7:7-8) y una vez que la tienen, no hay nadie ni nada que pueda arrebatárselas (Juan 10:27-30).
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con todo el género humano, nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna” (Tito 3:4-7).