Miércoles 21 de agosto de 2024
P: Romanos 8:13 dice, “Porque si ustedes viven en conformidad con la carne, morirán; pero si dan muerte a las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán.” ¿Podría usted explicar eso con más detalle? ¿Qué es exactamente lo que se está implicando y a quién se la dirigía Pablo?
R: Romanos 8:13 está rodeado de definiciones colocadas allí para ayudarnos a entenderlo. Por ejemplo, Romanos 8:5 dice que quienes viven de acuerdo a su naturaleza pecaminosa tienen su mente puesta en lo que esa naturaleza desea. Romanos 8:7 dice que una mente pecaminosa es hostil a Dios. No se somete a la ley de Dios como tampoco puede hacerlo. Eso significa que la naturaleza pecaminosa no puede salvarse.
Eso no quiere decir que quienes son salvos ya no tienen una naturaleza pecaminosa. En Romanos 7:18-20 Pablo mostró de su propia experiencia que las personas creyentes continúan pecando. Pero él dijo que Dios no cuenta esos pecados en contra nuestra. Él los cuenta en contra de la naturaleza pecaminosa que habita en nosotros. En el Rapto/resurrección la naturaleza pecaminosa nos será removida. Nuestros cuerpos nuevos no la tendrán (1 15:51-53).
Esos versículos nos dicen que Pablo no está hablando de nuestro comportamiento en Romanos 8:13 sino de nuestras intenciones. Si la intención de una persona es vivir de acuerdo con la naturaleza pecaminosa, eso es una indicación de que esa persona no es salva. Pero una persona cuya mente está fija en vivir según el Espíritu, a pesar de que peca, es salva.
Podemos confiar en esta interpretación porque Pablo hizo el punto al decir que nuestra salvación quedó garantizada desde el momento en que creímos y no puede ser revocada por nadie por ninguna razón (Romanos 8:38-39; 2 Corintios 1:21-22; Efesios 1:13-14).