¿Quién está a cargo aquí? Más seguimiento

Q

Lunes 23 de agosto de 2021

P: Fui enseñado que Dios controla la órbita de nuestras vidas una vez que se la entregamos a Él. Pero también se me enseñó que nosotros le entregamos el mundo a Satanás en el Paraíso. Mi pregunta es esta: Yo he sido muy golpeado en mi vida, y todo lo que puedo decir es, todavía estoy de pie. Si Dios no está repartiendo estas pruebas, un accidente aquí, una enfermedad allá, sino que es el diablo, como usted dice, ¿cómo es que nuestra fe impacta el control de Dios sobre él?

A

R: Por favor tenga en mente que yo no soy el que dice que Satanás está en el presente en control de este mundo. La Biblia es la que lo dice. Jesús le llamó a Satanás el príncipe de este mundo (Juan 14:30). Pablo lo llamó el dios de este siglo (2Corintios 4:4), y Juan dijo que todo el mundo está bajo su control (1 Juan 5:19).

Pronto, en el momento que Él elija, Dios va a imponer Su última autoridad y empezará a re-establecer el mundo como Su reino (Apocalipsis 11:16-17). Pero ese momento todavía no ha llegado. Todas las cosas que lo han golpeado a usted son hechura de Satanás, pero el hecho de que usted todavía está de pie, eso sí es de Dios.

Efesios 6:13 dice, “Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes.” Pablo no nos estaría aconsejando de ponernos toda la armadura de Dios para protegernos de ataques provenientes de Dios, ¿o sí? No, él lo llamó el día malo.

Cuando usted llegó a la fe salvadora en el Señor, Él lo hizo una nueva creación (2 Corintios 5:17), perfecto para siempre (Hebreos 10:14), sin mancha ni arruga (Efesios 5:27). ¿Qué propósito tendría Él para distribuir nuestras pruebas y apuros a Sus hijos? ¿Para hacernos todavía más perfectos? ¿O porque Su muerte no fue suficiente para perfeccionarnos? Poner estas cosas a los pies de Dios es impugnar Su carácter y negar Sus promesas.

Nuestra fe llega a la ecuación cuando creemos que por medio del Señor es que podemos vencer las pruebas de este mundo (Juan 16:33) porque Aquel que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Juan 4:4) y si se lo permitimos, Dios puede hacer que aún los desastres de nuestra vida sean para nuestro bien (Romanos 8:28). Después de todo, Él dijo que Él vino para que tuviéramos una vida en abundancia (Juan 10:10).

Todos estamos familiarizados con la persecución que sufrió Pablo en manos de sus enemigos. (Si no, lea 2 Corintios 11:24-29). Y sin embargo, él insistió en llamarlos su luz y sus problemas momentáneos porque él sabía cómo era su futuro (2 Corintios 4:17-18). Y mientras tanto, cada vez que él entraba en una ciudad para predicar el Evangelio, él sabía que no importaba lo mal que fuera a ser tratado, o lo severo de sus golpizas, por la gracia de Dios él sería curado para volver al camino hacia la siguiente ciudad. Su fe le dio una vida de gozo (1 Tesalonicenses 3:19-20) y de satisfacción (2 Timoteo 4:7-8).