Viernes 26 de noviembre de 2021
P: No tengo ninguna duda que Jesús murió en la cruz por MIS pecados—personalmente por MÍ. Él es mi Salvador y para mí eso es inamovible. Tuve una discusión con un buen amigo, que es una persona muy buena y compasiva, pero que NO cree que Jesús murió por él. Él cree que debemos vivir como Jesús predicó, pero no acepta el hecho de que Jesús murió por nosotros. Su razonamiento, el cual me fue imposible refutar, es que indecibles millones de personas que nunca han tenido la oportunidad de oír el nombre de Jesús—que, si una tribu no descubierta en algún lugar nunca ha oído de Jesús, ¿toda esa tribu está condenada a ir al infierno? ¿Cómo respondo a esa pregunta?
R: Su amigo tiene una excusa, pero no una razón. En primer lugar, no tiene lógica. Si él tuviera cáncer terminal, rehusaría un tratamiento porque otras personas no han sido curadas?
En segundo lugar, la opinión que él tiene que indecibles millones han muerto sin haber escuchado el evangelio, no puede ser respaldado por las Escrituras. Pasando unos minutos estudiando el carácter de Dios mostrará que Él es justo y equitativo y es un Dios de amor. Por consiguiente, Él no va a requerir algo de nosotros y luego condenarnos al infierno simplemente porque no sabíamos sobre ese requisito. Un Dios justo no puede hacer eso porque no sería justo. Un Dios justo no puede hacerlo porque no sería correcto. Y un Dios que nos ama lo suficiente para morir por nosotros querrá asegurarse que todos sepamos cómo evitar el juicio porque Él nos ama.
Dios se ha hecho a Sí mismo tan obvio en Su Creación que nadie puede usar la ignorancia como una excusa (Romanos 1:18-20). 1 Timoteo 2:4 nos dice que Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Colosenses 2:13-14 dice que Él ya ha perdonado nuestros pecados, y por lo tanto, “todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13).
En lugar de obligarnos a actuar en contra de nuestra voluntad, Dios ha hecho todo lo posible para darle a todos y cada uno de nosotros, la oportunidad de la salvación. Como lo he dicho con anterioridad, no es gran cosa para Dios encontrar a alguien, en algún lugar del mundo, que lo está buscando a Él. Él aún pude manifestarse en nuestros sueños.
El razonamiento de su amigo no tiene ningún mérito y muestra que, en algún nivel, consciente o inconsciente, Él realmente no quiere confrontar la situación. En este punto usted debe de mantenerlo en sus oraciones y esperar que el Espíritu Santo abra una puerta en su corazón. Cuando eso suceda, usted podrá tener una discusión razonada con él.