Quiero ayudar a ese hombre

Q

Miércoles 2 de marzo de 2022

P: Hay una persona a quien le he estado hablando durante más de 5 años en un tablero de mensajes al que ambos pertenecemos. Con el tiempo pude darme cuenta que él una vez fue un pastor que ahora dice que es incrédulo (él es muy combativo sobre su negación de Dios). Durante una de nuestras muchas discusiones acerca de la existencia de Dios él dijo, “Si Dios existe y todavía hace milagros como ustedes los cristianos creen, ¿por qué él no vuelve a hacer crecer las extremidades que personas han perdido? No pude contestar esa pregunta.

Yo no creo que realmente él sea un ateo. Más bien yo creo que algo malo debe de haberle sucedido y siento que debo ayudarlo pero no sé cómo hacerlo. ¿Me podría usted ayudar?

A

R: La pregunta sobre los amputados es otra de las favoritas de las personas ateas, porque realmente no hay ninguna respuesta. La verdad es que así como sabemos que Dios puede hacerlo, no sabemos si Dios alguna vez ha restaurado una extremidad amputada de alguna persona. Sabemos que Jesús hizo caminar a los paralíticos (Marcos 2:10-12), enderezó miembros atrofiados (Lucas 6:10), e hizo muchos milagros similares.

Pero el trato de Dios con las personas no tiene nada que ver con nuestra fe en lo que Él ha hecho por nosotros, entonces la pregunta es irrelevante en cuanto eso concierne a la relación de su amigo con el Señor. Es más como una posposición, una excusa más que una razón.

La verdadera pregunta es, ¿ese hombre preferiría elegir quemarse en el infierno por toda la eternidad porque Dios no restauró la extremidad faltante de alguien más? Sería mucho mejor ser como los jóvenes que estaban por ser lanzados dentro de un horno de fuego en Daniel 3. Ellos le dijeron al rey Nabucodonosor, “Pues nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo, y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:17-18).

Nuestra fe no depende de la actuación de milagros. Depende de nuestra creencia que Jesús es Quien Él dice ser, y que ha hecho lo que Él dice que ha hecho.

Si ese hombre alguna vez fue una persona creyente, entonces él lo es para siempre y el Señor lo va a restaurar. El Señor es el Buen Pastor que ha prometido nunca perder a ninguno de Su rebaño (Juan 6:39). Lo mejor que usted puede hacer es interceder por su amigo para que su corazón sea suavizado.