Reconectándose con el Espíritu de Dios. Seguimiento

Q

Jueves 4 de noviembre de 2021

P: Cuando era joven oraba para que Jesús me salvara, pero luego las cosas se hicieron un tanto pecaminosas para mí durante un largo tiempo. Siempre pensé sobre esa pequeña voz que me hacía sentir mal cuando hacía cosas malas. Rara vez sentí que me había divertido después de hacerlo, a pesar de que había disfrutado el momento. Siempre sentí que había hecho algo malo. Estuve lejos del Señor durante un largo tiempo antes que finalmente volví a Él hace unos pocos años atrás. ¿Es posible que haya sido salvo cuando era joven y que eso era Él que me llamaba de vuelta en todos estos años?

A

R: Hay dos posibles fuentes por sentirse mal después de haber pecado. Una es la culpa, y esa viene de Satanás, y la otra es la convicción del Espíritu Santo. Esta convicción la pueden sentir personas creyentes e incrédulas por igual (Juan 16:8). La forma para saber cuál es la que sucede es observando la reacción suya. La culpa tiene la intención de alejarlo de Dios, como lo hizo con Adán en el paraíso (Génesis 3:10) mientras que la convicción del Espíritu Santo tiene la intención de llevarlo a la cruz para confesar sus pecados y obtener el perdón. En su caso, a pesar de que eso tomó tantos años, parece ser que lo que usted estuvo sintiendo fue la convicción del Espíritu Santo.

Nuestro Señor Jesús prometió que nunca perdería a nadie que el Padre le había confiado a Él (Juan 6:37-40). La experiencia suya demostró Su persistente paciencia en mantener esa promesa.