Lunes 15 de agosto de 2022
P: El arcángel Miguel “no se atrevió” a “proferir juicio de maldición” contra Satanás. Él habló cortésmente y lo remitió a Dios para que tratara con él. Sin embargo, he escuchado/leído que los ministros cristianos hablan con dureza y rudeza maldiciendo, abusando y luchando en contra de Satanás. ¿Por qué el poderoso Miguel no se atrevió a acusar abiertamente a Satanás? ¿Cuál fue la dinámica de esa interacción?
Por la misma razón, ¿cómo pudo el Príncipe de Persia resistir al Arcángel, el mensajero enviado por el mismo Dios Todopoderoso, durante 21 días? Estos son seres poderosos. ¿Cuál debería ser la actitud de una persona cristiana hacia el mismo Satanás? ¿Cómo nos instruye Dios sobre eso?
R: El comportamiento de Miguel en Judas 8-9 fue una cuestión de respeto para un dignatario. Aunque se había rebelado, Satanás tenía un rango más alto que Miguel. El punto de Judas en estos versículos es que es irrespetuoso calumniar a los seres celestiales. Debemos respetarlos ya sea que sean obedientes o no. Pero no debemos temerles, y eso incluye a Satanás. Santiago 4:7 dice que si resistimos a Satanás él huirá de nosotros, y 1 Juan 4:4 dice que el que está en nosotros es más grande que el que es el mundo.
El Príncipe de Persia era un ser poderoso, pero recuerde que solamente resistió al mensajero de Dios. Fue Miguel quien intervino y liberó al mensajero para completar su tarea (Daniel 10:13).